jueves, 22 de septiembre de 2011

Esto no es China


Para bien y para mal, esto no es China.
Estamos pronto en el paso fronterizo, a eso de las 8, pero este no se abre hasta las 10 y ya hay cola, bien organizada por cierto. Turistas, chinos, indios y algún nepalí esperan a que se abra la frontera para cruzar al otro lado.




Por fin son las 10, poco a poco vamos  avanzando, sellamos nuestros pasaportes (adiós China), salimos de la aduana, cruzamos un puente tierra de nadie, ya estamos en Nepal y se acabó.

                

 Se acabó el control policial, la censura, las manadas de turistas chinos, ese altísimo tono de voz tan molesto, esas brutales ciudades con sus grandes centros comerciales. Pero también se acabó:
- el orden y la eficiencia; en el lado nepalí, el control de entrada y la obtención del visado es caótico.
- el transporte público en condiciones; después de un duro regateo  hemos podido conseguir el mejor transporte posible: dos asientos  enfrentados en la parte trasera de un pequeño jeep que nos lleve a Kathmandu.

                 
                

                

- el asfalto; la magnífica carretera por la que bajabamos ayer se ha convertido por tramos en una pista, embarrada, llena de baches, donde todo el agua que cae por la montaña y que también estaba canalizada en el lado chino, se desploma  sobre la propia pista formando enormes charcos.
y algunas cosas más, que  quizás estábamos esperando que acabaran, pero empiezan otras muchas que a lo mejor son las que estamos buscando.
Con tan solo cruzar un puente, cuántas cosas cambian. Los rasgos de la gente para nada son chinos, ni siquiera tibetanos, aquí tiran mas para lo hindú. A un lado del puente Nepal, Asia y al otro lado el hermano mayor, China
Está claro que China no es Asia, no se parece a ningún país de su alrededor. China es China.


                




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