lunes, 26 de diciembre de 2011

Un viejo amigo



Llegada a Java, concretamente a Yakarta, una de esas macro urbes con un área metropolitana de más de 20 millones de personas, la excusa perfecta para salir corriendo de allí, nada más que el tiempo necesario para un rencuentro. Un rencuentro con algo que dejamos atrás hace mucho tiempo, hace casi 4 meses, en las alturas del Tíbet y que ya teníamos ganas de ver de nuevo, de mirar por su ventana y ver las cosas como solo se ven desde aquí,
















de volver a sentir lo que solo aquí se siente, y más cuando se trata de uno como este, uno local, de esos de cercanías de largas distancias, donde no paran de pasar cosas, vendedores de todo, de comida, de café, de baterías de móviles, de fruta, zumos, jóvenes entonando canciones para sacarse unas monedillas, el de los periódicos, gorras, pegatinas, llaveros, calculadoras, pasatiempos, diccionarios, abanicos etc, etc, etc..., todo un mercado sobre raíles que te hace olvidar todas las incomodidades, el calor asfixiante y la falta de espacio, que te hace estar más en contacto con la gente, que como ya hemos contado, una vez más, encantadora, que no se cortan en tocarte la nariz porque le hace gracia esa forma picuda, donde más de 6 horas de viaje parecen que vuelan y te dejan estampas para el recuerdo.




































Otra vez un tren. Cuánto tiempo!.

2 comentarios:

  1. como echo de menos esa manita cabron

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  2. ¿ Que ibas ha hacer con ela?
    Ya la echaras de mas, cabroooooooooooooon

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