lunes, 12 de diciembre de 2011

Tu primo el pelirrojo






Otra vez un paso atrás en cuanto a infraestructuras. Indonesia quizás no, pero Sumatra desde luego, no hay más que ver la ciudad donde aterrizamos, Medan y su estación de autobuses, todo al estilo de las ciudades indias y nepalís, urbes esparramadas y súper extensas, pero en el caso de Medan, sin ningún atractivo, solo el tiempo necesario para coger un “bus” a Bukit Lawang.



El trayecto se hace fácil en unas dos horas, pero aquí a los conductores de los autobuses les da por hacer paradas extras, para sus quehaceres: pequeñas compras, visitas a alguna exnovia, me paro a ver un mercado de ropa, etc... Asi que cuatro horas después llegamos a Bukit Lawang.



Bukit Lawang es una pequeña aldea que ha ido creciendo al abrigo de la jungla y del centro de recuperación de orangutanes en el parque nacional de Gunung Leuser, el único lugar, junto con Borneo, donde se pueden ver orangutanes en libertad. La idea es hacer un treking de dos días por la jungla en busca de orangutanes, algunos completamente salvajes y otros devueltos a la selva después de su recuperación en el centro.
Bukit Lawang tiene un reciente trágico pasado. En 2006 una riada se llevo por delante casi todo el poblado, matando a mas de 300 personas de una población total de unos 1500, asi que más o menos todo el mundo perdió algún familiar en la catástrofe. Aun asi, la gente aquí es extremadamente amable y simpática, no paras de saludar gente y entablar conversaciones livianas como si fueras uno más del pueblo.
El pueblo está prácticamente reconstruido sobre sus cimientos y los turistas empiezan a llegar de nuevo poco a poco.


En el parque nacional de Gunung Leuser, la palabra jungla toma su máxima expresión. Acompañados de un par de guías y un pequeño grupo nos hemos ido un par de días a recorrerla en busca de orangutanes, y la verdad es que hemos tenido muchísima suerte, algunos en dos o tres días no ven más que tres o cuatro y a veces ninguno. Subiendo y bajando colinas, por pequeñas sendas, por una jungla que es imposible orientarse, ayudados de lianas que hacían de pasamanos para subir y de improvisadas cuerdas para bajar en forma de rapel, nos hemos ido adentrando en el corazón del parque donde suelen estar los orangutanes.





Después de casi cuatro horas de extenuante caminata uno de los guías nos da una señal de aviso, dos crías, con sus madres colina abajo, asi que bajamos jungla a través para verlas un poco más de cerca, cuando el guía que va delante se da la vuelta y grita “Be careful, is Mina!”. Mina en una orangután, conocida por todos los guías por ser bastante agresiva ya que ha atacado a bastantes grupos. ¡Ostia tu, pies pa que os quiero!, un enorme mono naranja de unos 70 kg  nos ha visto y viene hacia nosotros, ¡Me cago en tó!, ¡joder como hemos subido!, en un pispas estábamos arriba. Uno de los guías la ha distraído con algo de comida, parece que hoy solo quería eso, cogió la comida e igual que apareció de repente también se esfumo. Al irse Mina y todos muchos más tranquilos empezamos a disfrutar del espectáculo, estábamos en la zona de una familia de unos doce miembros, madres con sus crías y algún ejemplar joven, con sus nidos hechos de ramas encima de nosotros. También hemos visto un macho, más difíciles aun de ver, en busca de pareja.








La verdad es que impresionan, son nuestros primos pelirrojos, como los llaman por aquí, gestos y expresiones que parecen humanas, y como son muy curiosos los hemos podido ver bastante cerca.









Otro orangután con la que los guías tampoco quieren encontrarse es Cheki, pero esta vez por todo lo contrario. Cheki fue devuelta a la selva después de su paso por el centro de recuperación y ahora ha cogido la mala costumbre  de, turista que ve, turista que le da el abrazo del “oso”, con el único objetivo de conseguir frutas por parte los guías. Este es el segundo orangután que nos ha corrido por la jungla, pero esta vez con premio, un guapetón sudafricano que hacía poco caso a los guías y se entretuvo demasiado para hacerle una foto, ha sufrido ese abrazo. Asi que Cheki ha obtenido su premio, y todos los demás esperando a que se le antojara soltarle para poder seguir camino. Casi después de media hora de abrazo y al ver que no había más fruta, ha decidido soltarle y por fin hemos podido continuar camino.


Campamento en el rio en medio de la selva. Al día siguiente un poco mas de pateo donde hemos visto algún mono curioso, hormigas gigantes y enormes lagartos, y después rafting  rio abajo en una curiosa embarción, con la que hemos salvados algunos rápidos la verdad no muy complicados.

            




En Bukit Lawang la mayoría de la población es de la etnia Java, y justo este fin de semana (sí, ese en el que el Madrid perdió 1-3 con el Barça) se celebra aquí un festival de música y bailes tradicionales, también ritos religiosos donde los participantes entran en trance y son sacados de él a base de pequeñas pócimas.

















Antes de empezar el festival nos han hecho participantes a la fuerza en forma de fotografía con todo el grupo. Detrás del que sacaba la fotografía, unas doscientas personas mirando, joder qué vergüenza!





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